Despejando incógnitas

A los diez años mi madre me apuntó a los Boy Scouts. Adquiríamos el compromiso de hacer cada día una buena obra. Yo, por ejemplo, intenté ayudar a algunas señoras mayores con la pesada carga de la compra, pero todas se asustaban creyendo que les iba a robar. Es muy difícil lo de ayudar, todos desconfían.

Me pregunto si los que estamos arropados bajo el amparo de esta ínclita Escuela de Jeroglíficos no deberíamos tener la obligación de solucionar algún enigma de la vida real –que es la más irreal de las vidas habidas y por haber- al menos una vez a la semana.

Hace poco recibí este e-mail de un señor al que no conocía: "Estimado Joaquim, ¿podrías darme una información? oí en la radio, hace aproximadamente un mes, un concierto para clarinete de un compositor diletante italiano perteneciente a la alta burguesía y por lo tanto muy bien formado. El CD acababa de salir. Iba conduciendo y no pude tomar la discográfica y ahora he olvidado también al autor. Eran dos hermanos, creo que del barroco. Era una composición muy bella y me gustaría localizarla. Si puedes ayudarme te lo agradecería. Un saludo y gracias".

Me dio un sudor frío. Recordé cuando salió un artículo mío sobre las obras para guitarra de Moreno Torroba. Recibí consultas incluso de América y sólo faltó que me preguntaran la marca de colonia que el compositor usaba. Afortunadamente un sexto sentido hizo que resolviera pronto el asunto: "Veamos, dos hermanos italianos de clase alta -parece un acertijo- son los Marcello: Benedetto y Alessandro. El concierto que posiblemente oíste es para oboe y no para clarinete, quizás sea el célebre concierto en do menor. Ese concierto tiene un problema y es que hasta hace pocos años se le atribuyó a Benedetto (yo mismo lo tengo escrito así en un CD) pero se ha descubierto que era de su hermano. Ya me dirás si esta información te ha sido útil".

"Estimado Joaquim, has dado en el clavo, perfecto. Efectivamente, ahora recuerdo que el crítico de la radio comentó que estuvo mucho tiempo atribuido a su hermano. Pero, en fin, no ha estado mal el ejercicio y veo que no te ha resultado demasiado difícil el "acertijo". Ha merecido la pena recordarte esta composición tan bella".

Créanme, es mejor esto que ayudar a cruzar la calle a muchas ancianas que, al instante, la emprenden a bastonazos con quien pretende tomarlas del brazo para guiarlas con seguridad.