La filatelia me ha proporcionado mucho entretenimiento durante años. Incluso llegué a ser uno de los redactores de la revista de la "Sociedad Peruana de Filatelia Temática". En una de las crisis económicas que azotan periódicamente a Perú, la sociedad se disolvió, mi contacto allí hizo mutis por el foro y yo, por no parecer entrometido, me quedé sin saber los detalles de tales contrariedades. El otro día, revisando mis carpetas, vi los artículos que tenía preparados y que ya no se publicarán. Nunca escribí sobre sellos con aquel lenguaje especializado que parece estar sólo al alcance de los iniciados. Además, siempre orillé los temas plúmbeos como el tamaño de los dentados, las largas listas de cancelaciones de primer día, etc. Así que, aprovechando la oportunidad que me brinda este blog, pensaba divulgar algunas singularidades, rescatándolas de la estantería de asuntos a olvidar.
Una de las obligaciones de la Unión Postal Universal (UPU) es velar para que ningún sello pueda ser motivo de discordia entre gobiernos o países. Al respecto, de vez en cuando se cita el caso de 1966, en que Alemania del Este emitió un sello homenajeando a las Brigadas Internacionales en España, con la bandera republicana junto a la bandera roja. El régimen del general Franco vio en este sello una afrenta y más de un destinatario en lugar del cartero recibió a la policía pidiendo explicaciones sobre la relación con el alemán que franqueaba así sus cartas a España. El Ministerio de Asuntos Exteriores expresó sus quejas, pero lo cierto es que el sello nunca fue retirado.
Como saben, en la actualidad Georgia es un país independiente en conflicto con las repúblicas de Abjasia y de Osetia del Sur, que aspiran a la soberanía. En 1999 Abjasia emitió una serie de cuatro sellos formando una hojita, en la que puede verse una caricatura de Bill Clinton en calzoncillos, tomando champaña con Monica Lewinsky. Aunque la serie haya aparecido en la revista Crónica Mundial de Novedades, tal vez se trate de una "emisión falsa", por la cual un avispado agente filatélico inunda el mundo con sellos que en el hipotético país emisor jamás correrán, a veces en cuntubernio con algún oscuro gerifalte nativo.
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